La terrible grieta que vive el país, tan bien definida hace muchos años por Vicente G. Massot en su libro “Matar o morir”, se ve acrecentada hoy por mucha gente que para denostar al presente gobierno o al anterior, usa la historia como máscara desvirtuando la verdad de los hechos. Pensemos que no es mala fe sino que alguno se los contó y lo repiten o lo leyeron de algunos cronistas pero sin ir a las fuentes, algo que bien conocemos los historiadores. Por eso es que me permito aclarar el video que aparentemente filmó un reconocido y mediático filósofo que está llegando a las redes sociales en forma viral, y que deja muy mal parados al general José de San Martín y a su colega Juan Martín de Pueyrredon.
Según él, don Juan Martín le escribió a San Martín: “…le estoy enviando 709 burros, 4.500 municiones, 609 bayonetas, 3000 caballos que es todo lo que pude conseguir y ropa para que construya los uniformes, y no me pida más ¡carajo!, porque lo que Ud. quiere hacer es imposible”.
Llama la atención la falta de sentido crítico. En primer lugar, el número de 3000 caballos, que si bien no era una cantidad exorbitante porque había muchos en las pampas, no todos estaban amansados. Además, porque desde la escuela primaria nos enseñaron cuando se hablaba de la gesta de la necesidad de llevar mulas y no caballos, porque las primeras son más aptas para el cruce de los Andes, al extremo que nos indicaban que ese famoso cuadro del Libertador con la Cordillera de fondo, vestido de uniforme montado en un caballo blanco, era una licencia del autor. Por si esto fuera poco sabemos que se dispuso solamente de 1.600 caballos extras, de los que sólo pudieron cruzar los Andes 510. En cuanto a las mulas eran 9281 divididas en 7350 de silla y 1922 de carga, de las que sólo atravesaron las cumbres 4.300.
Por otra parte, el Libertador escribía muy bien, como se comprueba de la lectura de su archivo, lo mismo que el general Pueyrredon, de quien se conserva numerosa correspondencia. “Ropa para que construya los uniformes”: nunca pensó el orador que habría pedido telas porque si se pedía ropa, sin duda no iba a ser igual como para “uniformar” a las tropas.
Y pone esta respuesta en boca de San Martín, que es un disparate mayúsculo: “General Pueyrredon, gracias por el envío, lo recibiré todo en los próximos meses, le agradezco entonces todo lo que ha hecho y usted tiene razón, lo que yo quiero hacer es imposible, pero es imprescindible”.
Jamás ambos próceres escribieron estos párrafos para ser citados en forma textual, confundiendo a la gente que no tiene la suficiente información y además poniendo en duda la lealtad de esos hombres. Para aclararlo conviene transcribir la carta que decía textualmente: “Como ayer fue Día de Todos los Santos, no se ha podido buscar entre los comerciantes libranzas, para los 30.000 pesos que me solicita, pero haré todo lo posible y le remitiré la plata a todo riesgo, aunque sea por la posta”.
Los párrafos reales:
“A más de las 400 frazadas remitidas de Córdoba, van ahora 500 ponchos, únicos que se han podido encontrar; están con repetición libradas órdenes a Córdoba para que se compren las que faltan el completo, librando su costo contra estas cajas”.
“Está dada la orden más terminante al gobernador intendente para que haga regresar todos los arreos de mulas de esa ciudad y la de San Juan; cuidaré su cumplimiento”.
“Van reconocimientos de los cabildos de esa y demás ciudades de Cuyo. Van los despachos de los oficiales”
“Está dada la orden para que se remitan a Ud. las 1.000 arrobas de charqui que me pide para mediados de diciembre; se hará”.
“Van todos los vestuarios pedidos y muchas más camisas. Si por casualidad faltasen de Córdoba en remitir las frazadas, toque Ud. El arbitrio de un donativo de frazadas, ponchos o mantas viejas de ese vecindario y el de San Juan; no hay casa que no pueda desprenderse sin perjuicio de una manta vieja, es menester pordiosear cuando no hay otro remedio”.
“Van 400 recados”.
“Van hoy por el correo en un cajoncito los dos únicos clarines que se han encontrado”.
“En enero de este año se han remitido a Ud. 1389 arrobas de charqui”.
“Van los doscientos sables de repuesto que me pidió”.
“Van doscientas tiendas de campaña o pabellones, y no hay más. Va el mundo, va el demonio, va la carne. Y no sé yo como me irá con las trampas en que quedo para pagarlo todo a bien que, en quebrando, cancelo cuentas con todos y me voy yo también para que Ud. me dé algo de charqui que le mando y ¡carajo! No me vuelva a pedir más, si no quiere recibir la noticia de que he amanecido ahorcado en un tirante de la Fortaleza”.
El 3 de mayo de 1816 el Congreso de Tucumán eligió a Pueyrredon diputado por San Luis para el cargo de Director Supremo. A mediados de julio se encontró con San Martín en la ciudad de Córdoba y durante una semana ajustaron los planes para dar cumplimiento a la campaña de los Andes. El 22 de julio, San Martín le escribió a Tomás Godoy Cruz, a cuyo pie iba un cordial saludo de Pueyrredon, expresándole el total acuerdo entre ambos, finalizando con esta frase: “Ya no resta más que empezar a obrar. Al efecto pasado mañana partimos cada uno a su destino con los mejores deseos de trabajar en la gran causa”.
De la lectura de la correspondencia intercambiada entre ambos se pueden advertir las inmensas dificultades que tuvieron que vencer a costa de muchos sacrificios. Jamás existió esa desconfianza que se intenta imponer en este video, al contrario, hubo unidad de criterio en un fin común.
Ya volveremos con otro tema en algún momento, donde se entendió que era “censurar”, tratar de enmendar un mínimo error en un libro, opinión en la que tres reconocidos historiadores coincidían que era casi una errata. Como me dijo uno de ellos, los argentinos no sabemos decir “no sé” y opinamos de todo. La gesta sanmartiniana y sus protagonistas todos, empezando por San Martín y Pueyrredon, merecen esta aclaración para que de ningún modo se continúe desvirtuando la verdad de la historia.
* Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación